TLC
PERÚ – MÉXICO
El Acuerdo de Integración
Comercial Perú – México se firmó en Lima el 6 de abril de 2011 y entró en
vigencia el 1 de febrero de 2012, de acuerdo a lo dispuesto en el Decreto
Supremo Nº 001-2012-MINCETUR, publicado en el diario oficial El Peruano el 24
de enero de 2012.
Anteriormente al Acuerdo de
Integración Comercia, Perú y México desarrollaban sus intercambios comerciales
bajo el Acuerdo de Complementación Económica (ACE N°8) que fue suscrito en el año
1987 en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). Sin embargo,
dicho acuerdo contemplaba un ámbito muy limitado, por ello en el 2006 se
empezaron las negociaciones para la ampliación y profundización del ACE N°8,
pero fueron demoradas por la apertura de mercados para productos de la
agro-exportación.
Respecto a Acceso de
Mercados, para beneficios de Perú se reflejan en el acceso preferencias de más
de 12,000 productos. Así, productos de alto interés para el Perú, como los
langostinos, flores, conservas de pescado, galletas dulces y vinos, ingresen al
mercado mexicano libres de pago de arancel. Asimismo, algunas exportaciones
peruanas del sector textil y confecciones. De otro lado, la importación desde
México de bienes de consumo y productos de línea blanca y tecnología permitirá a
los consumidores peruanos tener acceso a mayor variedad y calidad a bajo
precio.
En materia de servicios se
establece la obligación de no exigir la presencia local para el suministro de
servicios de manera remota o transfronteriza, lo cual significa una gran
oportunidad para el Perú. Asimismo, México ha facilitado la entrada de peruanos
que pretenden realizar actividades de negocios.
Finalmente, en materia de
inversiones se establece un conjunto de reglas relativas al tratamiento y
protección de las inversiones entre México y Perú, lo cual permitirá fomentar
un mayor flujo de inversiones mexicanas hacia el Perú, para permitir el
aprovechamiento de las potencialidades productivas. Por otro lado, se generan
las garantías para que las inversiones de empresas peruanas se puedan
desarrollar en México.
Cabe recordar que México es
uno de nuestros principales socios comerciales en la región, cuenta con
aproximadamente 112 millones de habitantes con un ingreso per cápita de US$
9,250. Asimismo, entre el 2000 y 2010 el intercambio comercial entre ambos
países creció a una tasa promedio anual de 13,7%, pasando de 389,2 millones de
dólares en el 2000 a 1 412,8 millones de dólares en el 2010.
Perfil del Negociador
Mexicano
Es de suma importancia,
tener presente que el estilo de negociación de los mexicanos está condicionado
por las costumbres y tradiciones, así como también por aspectos culturales.
Los hombres de negocios
mexicanos son mucho más formales y conceden gran importancia a las relaciones
personales, se sienten más cómodos tratando con personas que ya conocen, por
ello se dice que los mexicanos hacen negocios en forma personal y solo con
amigos.
Al inicio de la negociación
se colocan en una posición defensiva e insegura ya que perciben la negociación
como un enfrentamiento en el que si uno gana, el otro pierde, y descartan
totalmente la posibilidad de que ambas partes puedan ganar. Además, los
negociadores gubernamentales aplican el síndrome de país pequeño, es decir,
buscan concesiones con base en la debilidad relativa que se tiene con respecto
al otro país, el cual tiene la obligación de respetar las solicitudes por haber
explotado al país durante años (como en el caso de los norteamericanos).
Los aspectos más
sobresalientes del estilo mexicano de negociar son los siguientes:
·
Los asuntos pueden llevarse dos o tres veces
más tiempo del que originalmente se había previsto.
· Los negociadores mexicanos toman un enfoque
muy paternalista en las discusiones, por lo que no hacen correcciones a los
errores que cometen sus jefes o directores.
· La jerarquía y las tradiciones que privan en
el lugar de trabajo dificultan la toma de decisiones a niveles inferiores.
· Tienen la necesidad de motivación y formación
para desarrollar un sentido de responsabilidad sobre la eficacia en términos
del costo de las funciones que manejan.
· Las contrataciones se hacen pasando por alto
los procedimientos administrativos y con base en recomendaciones de familiares
y amigos.
· Una importante fortaleza es su habilidad para
mantener relaciones armoniosas a la vez, entre sus superiores y sus
subordinados, mientras que su debilidad es que se dedican a implementar las
decisiones tomadas a niveles superiores, pero no tienen participación en las
actividades de planeación.
Claudia Huerta
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